Queridas plumas, muchas gracias a todos los participantes, porque no nos esperábamos tan buena acogida. Así que no me enrollaré más y daré a conocer al ganador de nuestro concurso (redoble de tambores) :
La última despedida
Veinte años después las casas parecían distintas
a como las recordaba, las ventanas enrejadas y las barandas de los
balcones habían perdido intensidad en ese verde tan característico, las
fachadas encaladas no le resultaban tan blancas. Caminó un tramo más, sobre el
empedrado gris del centro del pueblo, ese era el único que parecía no haber
cambiado con el tiempo.
El antiguo cine
de verano había desaparecido, en su lugar una cadena de
supermercados conocida había colocado allí una de sus tiendas. La fachada
del ayuntamiento había sido remodelada y lo único que parecía intacto eran las
banderas local, autónoma y nacional ondeando en el viento.
Lo que antes
había sido el mercado central , con sus puestos de frutas, flores, legumbre, y
tenderos vociferando su mercancía , no era más que una plaza de
lozas rojas y grises con cuatro bancos de hierro forjado y una fuente sin
agua en el centro.
¡ Todo era tan diferente¡, levantó la vista y al fondo
de la calle divisó algo que no había cambiado en todo este tiempo, 27 escalones
de piedra gris oscura, podía resultar una osadía pero no necesitaba contarlos
sabia que eran 27 ni uno mas ni uno menos, antaño conducían a una
explanada denominada “el Paseo” realmente tenía un nombre bastante más
eclesiástico , “paseo de la concepción” pero entre la gente del pueblo se quedó
como el paseo. En la parte central de aquel ovalo de kilometro y medio
había plantadas azucenas, geranios, rosas, margaritas, te las ibas encontrado a
medida que paseabas sobre los adoquines grises que iban formando estrellas de
cinco puntas en blanco marfil. Alrededor de la zona para pasear, amplias
explanadas verdes con césped y grandes robles que daban sombra a quien
decidiera sentarse a descansar.
Una ilusión inesperada le anido en el pecho , avanzo
hasta el pie de la escalera. Peldaño a peldaño fue subiendo escalones con
el deseo interno de que aquel espacio se mantuviera intacto a la mano del
hombre y sus modernidades. Al llegar al final de la escalera una amplia sonrisa
se le dibujo en el rostro, habían cambiado algunos detalles, pero la
mayoría de elementos que recordaba estaban en su sitio. Caminó por el
paseo unos 50 metros casi acariciando con la yema de los dedos las azucenas, la
mirada vidriosa, cuantos recuerdos, cuantas vivencias en aquel lugar
que había visto sus años de juventud, el corazón le dio un vuelco ,se detuvo en seco
al encontrarse a lo lejos con aquel banco de piedra blanca que tantas noches de
verano les había dado cobijo, charlas con amigos, risas, confidencias y
fanfarronadas , camino hasta allí y después de mucho tiempo volvió a
sentarse en el . de repente lo invadió el recuerdo y el pasado fue
presente, y mayo se hizo agosto , el paseo se lleno de gente de otra época, entre la multitud con la carpeta de
anillas azul rodeada como en un abrazo paseaba ella. Caminaba , y a su paso
parecían encenderse todas las farolas, la suave brisa veraniega jugaba a
enredarse entre los pliegues de su camisa sin mangas color ámbar, que se
entallaba perfectamente en la cintura, el pantalón vaquero por encima de las
rodillas y esas zapatillas de lona que hoy hacen furor, en aquel tiempo
era lo más barato y cómodo que podías encontrar, el cabello negro como el ébano
le caía sobre los hombros y unos ojos azul cielo que invitaban a perderse
en ellos dibujaban curiosidad en la noche, traía una media sonrisa en el
rostro, y las flores, los arboles , los adoquines, las rejas de los
balcones incluso los guijarros parecían devolverle la sonrisa, y un aroma de azahar y damas de noche parecía
precederle, desde aquel banco donde la vio por primera vez se quedó mirando al
espacio donde su recuerdo situaba a la joven, metió la mano en el bolsillo de
su cazadora de piel marrón y sacó la cartera,
con sumo cuidado saco de ella una vieja fotografía con los colores
desgastados por el tiempo y los bordes algo doblados en ella una joven pareja
enlazados por la cintura sonreía, al dorso un escrito con letra de mujer “ un
año de felicidad junto a ti” un corazón dibujado … y la leyenda “verano del 72”
una lagrima resbaló por su garganta, “ lo que me resta de vida sin ti” pensó
mientras un destello de desesperación le recorrió la mirada.
El sonido de su
teléfono móvil , ese que no entendía del todo le saco de sus pensamientos, la
voz de su hijo sonó al otro lado del auricular,
_¿Dónde estás papa?, todos preguntan por ti en la
iglesia, hicimos esto a tantos kilómetros de casa porque dijiste que a ella le
habría gustado que la despidieran en este lugar… ¿estás bien?... la voz de su
hijo se apagó en espera de una respuesta por su parte.
_Ya voy, no dijo mas y colgó el teléfono
se quedó un
rato mas recordando los momentos felices que aquel espacio les había regalado ,
se levantó del banco y sintió como incluso el aire parecía pesar más que cuando
llego, con paso cansando se dirigió al lugar donde todos le esperaban.
al llegar a las enormes puertas de madera labrada
quiso salir corriendo pero pensó
que veinte años juntos bien merecía un poco de valentía de su parte . a pesar
de que los bancos de madera estaban repletos de personas que seguro conocía ,
entre ellas familiares y amigos , no se detuvo ni un instante a mirar los
rostros congestionados por la tristeza, subió los tres escalones que llevaban
hasta el altar , y como aquella noche de verano deposito una azucena blanca
entre las manos de quien hasta ahora había sido su compañera se inclino y entre
susurros le brindó la última despedida
Lilith
¡Enhorabuena Lilith! Aunque el nombre que nos mandaste es el de Liv Sizgia.
Pronto recibirás todos los premios.
El link de su blog:http://isi-krem.blogspot.com.es/
Muchas gracias a todos los participantes, ya habrá más concursos en los que podáis triunfar.
Lena